Sin embargo, igual como sucede con la mayoría de nuestros sentidos, no responde de forma lineal a los estímulos, de manera que a un estímulo doble le corresponda una sensación doble, sino que más bien responde de forma logarítmica de modo que es preciso un aumento considerablemente mayor que el simple duplicar el estímulo para que la sensación sea el doble.
Por ello se establece la escala logarítmica de sonoridad o sensación sonora, también llamada escala decibélica porque la unidad es el decibelio.
Para ello, partimos de la existencia de un umbral de audición, intensidad de la onda, por debajo del cual no oímos. Este valor umbral depende de la frecuencia del sonido escuchado (no se es igualmente sensible a unas frecuencias que a otras) y varía de una persona a otra, pero se toma como valor promedio el de I0 = 10-12 W/m2.
A partir de él se define intensidad acústica, intensidad sonora o sonoridad (b
) como:
donde I corresponde a la intensidad del sonido percibido.
Así, para un sonido de intensidad umbral corresponden 0 dB de sonoridad; para una intensidad, por ejemplo, de 10-6 W/m2, 60 dB, pero para duplicar la sensación sonora, 120 dB (valor ya doloroso) hace falta que la intensidad sea de 1 W/m2, es decir 106 veces mayor.
La energía emitida por la fuente, 30 J cada segundo, se distribuye uniformemente entre todos los puntos alcanzados por el frente de onda (esférico en este caso). Así pues, a esa distancia la energía debe repartirse por toda la superficie de una esfera de 1 m de radio. Por lo que aplicando la definición de intensidad:
El nivel de intensidad sonora a esa distancia corresponde a:
Procediendo de la misma forma para una distancia de 100 m de la fuente sonora:
Y su nivel de intensidad sonora:
En la sensación sonora que percibe un individuo intervienen procesos fisiológicos y psicológicos que tienen lugar en el oído y el cerebro. Esta sensación depende de la intensidad del sonido y de la frecuencia. La sensación sonora resulta similar para un sonido de nivel de intensidad sonora bajo y una frecuencia alta y para otro sonido de intensidad alta y frecuencia baja.
No obstante, en general un nivel de intensidad sonora superior a 120 dB, a cualquier frecuencia se puede considerar molesto. Por lo tanto, a una distancia de 1 m de la fuente sonora la sensación resultará molesta.